De nuevo un primer sábado nos reunimos para recibir las bendiciones que la Stma. Virgen nos regala cada mes.
Octubre es especial, ya que celebramos el mes del Rosario, la plegaria favorita de nuestra Madre y con él conseguimos muchas gracias para nuestras almas. Así decía la Virgen una vez «Con el santo Rosario se puede salvar la mayor parte de la Humanidad; es mi plegaria favorita» (16-9-1982).
Desde Prado Nuevo, en el centro “Ave María”, a las 15:15 h. aproximadamente, se puso el vídeo con el mensaje que la Virgen dio a través de nuestra querida Luz Amparo, con fecha de 4 de octubre de 1997; de él podemos destacar cómo la Virgen aparece con su corazón rebosante de amor a los hombres, al mismo tiempo traspasado de dolor por la frialdad y distanciamiento que tenemos hacia las cosas de Dios.
A su vez, el Señor viene a decirnos que cumplamos con los mandamientos para salvar nuestras almas, es decir, ha “venido a recordar el Evangelio, tal como está escrito”; “no me añadáis ni quitéis nada de él. ¡Ay del que añada y quite! Amad a la Iglesia, hijos míos, amad al Vicario de Cristo, mártir de ella. El Vicario de Cristo es un mártir de la Iglesia; no hace falta que muera para saber que es mártir; obedecedle, hijos míos”.
El Señor hace hincapié en la obediencia de Luz Amparo a la Iglesia con estas palabras: “Obedece, hija mía, como hasta ahora has obedecido”.
También nos recuerda cómo debe ser la educación de los hijos, bajo el santo temor de Dios: “Madres, que os salvaréis por vuestros hijos, pero también os podéis condenar por ellos y con ellos”. Palabras que deben calar hondo en nuestros corazones.
Y por último, muy importante, la bendición de los objetos, que fue para el día de las tinieblas.
A las 16:00 h. se rezó el Santo Rosario delante de la imagen de Ntra. Sra. de los Dolores; los peregrinos, rosario en mano y con profundo recogimiento, unos sentados, otros de rodillas, pero todos con devoción se unieron para orar.
Una vez terminado el Santo Rosario, dio comienzo la celebración de la Eucaristía presidida por el P. José María y concelebrada por varios sacerdotes.
En la homilía, el padre mencionó la importancia del Rosario, y nos habló sobre el Evangelio donde los apóstoles quieren apartar a los niños del Señor, y Él los reprende, se enfada con ellos, y les dice: “Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios” (Mc 10, 14).
¿Qué significa ser como niños?, la clave nos la da la Stma Virgen en un mensaje: “Quiero que vuestros corazones se hagan como niños, niños e inocentes, porque cuando vuestro corazón se haga como niño, comprenderéis mejor la palabra de Dios y el Evangelio” (3-11-1990).
Santa Teresita del Niño Jesús, doctora de la Iglesia, decía: “A pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a la santidad”; ella nos hablaba de un “caminito” para llegar, que hoy el padre José María ha resumido en 10 puntos:
- Hacerse pequeños (reconocer nuestra pequeñez).
- Confianza plena y absoluta en Dios.
- Entero abandono en los brazos del Padre Eterno (al igual que un niño en brazos de sus padres se encuentra protegido y amado).
- Esfuerzo personal (colaboración).
- Hacerlo todo por amor.
- Ofrecerle las flores del sacrificio y del amor (hasta lo más sencillo).
- No negar nada a Dios, cumpliendo el Evangelio, negarnos a nosotros mismos, practicar la humildad.
- Tener celo sacerdotal por las almas (preocuparnos por la salvación de las almas).
- Vivir en la humildad y la paz (imitando a Jesús).
- Dejarse consumir por el amor misericordioso de Jesús.
Terminó con una invocación a la Santísima Virgen, de un pensamiento precioso de Luz Amparo: “María, Madre de Jesús y Madre mía, en Ti tengo puestas mis aflicciones y amarguras. Me siento, a veces, débil; y al mirarte, me haces comprender mi pequeñez y mis miserias”.
Otro mes que, unidos en la oración, pero respetando las normas de seguridad, gracias a todos los jóvenes voluntarios que se ofrecen para hacer este trabajo, hemos podido llevar a cabo todos los actos del día sin ningún problema.